domingo, agosto 10, 2008

cartas...

Hoy fue un día especial. Creo haber aprendido.

Muchas veces he creído (y sigo creyendo), que nunca he sido bueno con las palabras, me cuesta hilar frases con belleza y sabiduría, soy de esas personas que se puede quedar callada pensando qué decir.

Pues bien, hoy buscando palabras de aliento con un dejo de tristeza, resulta que terminé encontrando algo totalmente distinto. Y resultó ser que tras ver las cosas con algo más de calma, logré visualizar que lo que antes veía con algo de miedo y pesar puede convertirse en algo más, algo mejor.

Si bien accedí a no tomar parte activa, creo que no está de más compartir palabras. Pues palabras son lo único que tengo en este momento para ofrecer, palabras que quizás no sean leídas, pero cuyo contenido espero llegue a destinatario.

Resulta, que he decidido no sentarme a esperar, resulta que ahora veo todo esto como una oportunidad. Oportunidad de ayudar. Oportunidad de hacer ver que las cosas sí pasan por algo, que somos nosotros quienes atraemos las acciones (independiende de que no las merezcamos), pero que somos nosotros quienes decidimos si deseamos alterar ese pasado, reformularlo, sin tratar de evitarlo, aceptarlo; y enfocarse no en lo que  se desea dejar de lado, sino en lo que realmente se desea, para así poder transformar las situaciones actuales en una oportunidad para aprender, perdonar. 

Hoy es el día donde doy comienzo a esto.

Hoy es el día donde dejo de lado todo ese miedo y pesar y lo transformo en los más puros sentimientos de ánimo, empuje y apoyo.

Que esto se transforme en una instancia de análisis, autoconocimiento, realización, aprendizaje.

¡¡¡Fuerza!!!

sábado, agosto 09, 2008

copiando...

En realidad encontré esto en el blog de Lafo, quién a su vez lo encontró en el blog de su amiga Ceci, quién seguramente lo encontró en algún otro lado, la cosa que me parece algo digno de postear.



Una gran montaña cubre con su sombra una pequeña aldea. Por falta de rayos solares los niños crecen raquíticos. Un buen día los aldeanos ven al más anciano de ellos dirigirse hacia los límites del pueblo, llevando una cuchara de loza en las manos.


–¿A dónde vas? –le preguntan. Responde:
–Voy a la montaña.
–¿Para qué?
–Para desplazarla.
–¿Con qué?
–Con esta cuchara.
–¡Estás loco! ¡Nunca podrás!
–No estoy loco: sé que nunca podré, pero alguien tiene que comenzar.


Cabaret mistico. Alejandro Jodorowsky



Como pa pensar, no?